Sandra Elizabeth Brinkworth
Nací entre letras y silencios, en una ciudad donde el viento sabe pronunciar mi nombre. Soy mujer de palabras que abrigan y pinceles que recuerdan. Maestra de vocación, escritora por necesidad del alma, pintora de lo que no se puede decir con la boca.
He caminado por rutas pedregosas, con cicatrices que aprendieron a florecer. De cada vínculo roto o abrazado brotó un texto, una imagen, una voz. Mi arte es mi manera de no olvidar —ni lo que duele ni lo que salva.
Mis cuentos nacen donde se cruzan la ternura y la herida. Mis pinturas, de donde se agita lo que no puedo nombrar. Lo que nace de un vínculo es mi ofrenda al mundo: un libro que lleva mis raíces, mis luchas, mis renacimientos.
No escribo para enseñar, pinto para sanar.
Y sigo andando, aún cuando el paso tiembla, con la esperanza de que alguien, del otro lado, se reconozca en lo que digo.
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