jueves, 5 de junio de 2025

EL IGNORANTE

 


El sol, pincel dorado al alba,
pintaba la habitación de prodigios.
Leía un cuento en voces suaves,
cada frase, dulce conquista al corazón.

Al cerrar el libro, estalló la luz:
una cortina encandiladora
que me empapó de belleza,
flor abriéndose al amanecer.

Corrí a su lado, ansiosa, con el ejemplar,
pero él, ceño fruncido, lo tomó a regañadientes.
Leyó las palabras sin arder,
dejando intacto el carbón de su alma.

—No entiendo —dijo en penumbra.
Y yo, estancada en mi asombro,
hallé un túnel de sombra
mientras mi luz se derramaba sola.

No entendía cómo ignorar lo bello,
cómo resistirse a la llama de un verso.

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