El tic tac
del reloj y el viento tenue que ingresaba silente por la ventana. El parpadeo
sutil de una luminaria en la calle. La temperatura ideal para dormir en esta
noche de septiembre. Sabanas cálidas y suaves. Almohada gentil. Tiempo que
pasa. Antes minutos, ahora horas. Mis ojos siguen abiertos pensando en que en
unas horas tendré que levantarme. Y el tic tac.
Y el roce de
mi pelo con la almohada comienza a molestarme. El parpadeo de la luz. Cierro la
ventana. Comienza a hacer calor. Abro la ventana. Me dispongo a volver a la
cama. Me moleta la sabana.
Un vaso de
agua me dará somnolencia. Voy a la cocina. Veo a la ventana. Amanece. Llego a la habitación, suena mi alarma. Un
día mas y mis ojeras.
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