martes, 20 de mayo de 2025

Poema

 



A   ZORA

Con su hocico aguzado como una saeta, ella, la de mirada alerta, se interpola entre el edredón hasta encontrar mi cara. Una vez allí, su lengua inquieta lame cada parte de mí, la que tiene a su alcance.

Siempre entretenida y con algo que llevar a cabo; esto es, perseguir gatos, jugar con sus pares, estar atenta a los movimientos de quien es su esmero; de esta manera pasa sus días caninos sin importarle el pasado y sin ofuscarse por el futuro. ¡Quien fuera ella!... Simplicidad, compañerismo, anhelo por vivir. No reclama nada más.

Cuando me observa con esos ojos que transmiten tanto, siento felicidad y nihil… me ocasiona tanta paz. Me obliga a ver la vida con sus ojos. ¿Qué más pedir? Vivir el presente, prevalerse de lo que el hoy me brinda. ¡Cuánto enseñan sus ojos tiernos! Algo como pensar ¿de qué preocuparse? El hoy lo tiene todo, el hoy tiene la vida.

Zora, dejaré que tu alma viviente me enseñe el camino a la felicidad y el pleno disfrute del alborozado presente.

 

Sandra Brinkworth, junio de 2024


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